lunes, 23 de noviembre de 2009


POESÍA PUES SÍ

POESÍA
Cuando te conocí me dije:
WOW! what a drink, my God
y sigo borrachisísimo.

Abigael Bohórquez



MUCHO MÁS ALLÁ

¿ Y si nos vamos anticipando
de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza?

¿Y qué?
¿Y qué me das a mí,
a mí que he perdido mi nombre,
el nombre que me era dulce sustancia
en épocas remotas, cuando yo no era yo
sino una niña engañada por su sangre?

¿A qué , a qué
este deshacerme, este desangrarme,
este desplumarme, este desequilibrarme
si mi realidad retrocede
como empujada por una ametralladora
y de pronto se lanza a correr,
aunque igual la alcanzan,
hasta que cae a mis pies como un ave muerta?
Quisiera hablar de la vida .
Pues esto es la vida,
este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho, este arrancarse
la cabellera a puñados , este escupirse
a los propios ojos, sólo por decir,
sólo por ver si se puede decir:
"¿es que yo soy? ¿ verdad que sí ?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?".

Y con las manos embarradas
golpeamos a las puertas del amor.
Y con la conciencia cubierta
de sucios y hermosos velos,
pedimos por Dios.
Y con las sienes restallantes
de imbécil soberbia
tomamos de la cintura a la vida
y pateamos de soslayo a la muerte.

Pues esto es lo que hacemos.
Nos anticipamos de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza.

Alejandra Pizarnik

SUAVE PATRIA (fragmento)

$-o-y-o-r-a-n-d-o-:-H-E-R-M-A-N-O

La 9ª sinfonía

Beethoven, brother, ké bueno q’ t kedast sordo y no prsives nuestra a©usti©a shillant algarabía d-$-a-f-i-n-a-d-a
Y tú q’ siempre me miras:
No o©upo q’ me regales 1 Mercede$, no o©upo q’ bajen lo$ intere$e$, no o©upo tanto$ ©omerciale$, no o©upo prome$a$ fantasmegóri©as, no o©upo 1 baile ©on la best banda ransherapop dl momento, no o©upo d$pn$a$, no o©upo boletos de avión gratuito, no o©upo magazines d las tvnovelas, no o©upo el ejercicio para el ©urpo prfekto, no o©upo 1 discurso presidencial, no o©upo los parti2 d fut, no o©upo las refor+, no o©upo tanto wanna-be posd$en©anto, no o©upo q’ me mantngas distraído test de q’ tipe of per$on eres, no o©upo noticia$ $perpentizada$, no o©upo 1 café en los portales, no o©upo ©omprar algo para sentirme better, no o©upo las movies de Pedro Infante ©lavillazo Tin-Tan Viruta y ©apulina, no o©upo pornografía, no o©upo el aumento d $ueldo ba$e, no o©upo ©aminar ha$ta tard, no o©upo $alir dl paí$ y/o $tado, no o©upo 1 peda, no o©upo las manifestaciones, no o©upo 1 vieja en el tubo d$nuda, no o©upo el ©uerpo de mi hombre, no o©upo $exo, no o©upo el $wapmeat y los vocero$, no o©upo revolution$ talk$, no o©upo tu coraje, no o©upo tu$ grito$, no o©upo q’ los niño$ $e vayan @ la e$cuela para e$tar $olo, no o©upo ir @ la e$cuela para pen$ar la última teoría, no o©upo ©la$e$ d Hi$toria, no o©upo 1 cigarro, no o©upo tele©able, no o©upo cine y e$treno$, no o©upo ©onciertos d músi©a ©lási©a, no o©upo reunión d trabajo y/o amigos, no o©upo tus críti©as paupérri+, no o©upo hablar, no o©upo 1 progreso kimérico, no o©upo ir @ 1 Carls jr., no o©upo tiempo d transport, no o©$upo 1 aventura, no o©upo levantarme temprano, no o©upo 1 o$o flore$ $ho©olat$ libro$, no o©upo x el momento drogas, no o©upo men$aje$ con$oladore$ y/o ©ariño$o$ palmadita$ en la e$palda, no o©upo q’ me diga$ q’ todo va @ e$tar cool, no o©upo 1 ©o©a-©ola, no o©upo 1 promo, no o©upo yoga taichí ni ning1 d esas mamadas $pirituale$, no o©upo los infinitesimales etcéteras….

The only thing that I need, enserio,
lo único q’realmente o©upo,
es una sonrisa de tus ojos
y 1 abrazo

Christian Fajardo



(CRISTÓBAL)

Si los ojos se quedaron colgando frente a mi ventana
A donde está la mirada y el ave.



Primera estación cortada por el otoño,
El tren viaja y viaja
Rodeando alcanzando siempre
El mudo vaivén de su fragancia a no flor

Estoy segura Cristóbal,
Hoy como nunca
Otra mañana
Firme tu falta
Como letanía seca
Cayendo
Me está en la garganta
Tu olor a verde,

Tu color de azul y el pecho descolorido
No sólo se resbala rojo de tu vuelo.

Ave de cuatrocientas mil fragancias sin flor
El campo se levanta a verte, a buscarte
Y ambos nos quedamos mudos cuando nos topamos
Frente con frente
Cuando nuestras búsquedas coinciden
Estamos seguros, el campo y la que tienes de intérprete,
De quel cielo que tenemos encima, achicándonos
No te sirve ya de vía

Pero a dónde te llevaste tus viajes mi emigrante vagabundo
Que no nos muerdes más los pasos
Que no te descorres por las escaleras ni en primavera ni en otoño
Levántame ondulante ave,
Espárceme tu agua para sembrar tu nombre por los cantos de los hombres
Que nos hemos dado, al fin y al cabo, cuenta de esta tu débil fragancia
Ya no nos llenaste las manos de flores,
Pero aun queda aunque sea de ti, tuya tu falta,
La sombra de tu ausencia nos envenena el paisaje
Cuando el viento se arrastra por entre lo girasoles
Mi Cristóbal, flor de viento, flor de plumas

Pasea por aquí tu pecho rojo,
Resbálate ya del cielo
Que han patentado los latidos del mundo
Y ya no vivimos con dignidad el crecimiento del sol,
Vamos a pedir limosna de flor
Limosna de aire
Mendigo lluvia
Hoy mendigo mis propias manos
Y ya no quiero más
Ya no puede caminar el pueblo de rodillas en procesión
El milagro es caminar erguido
Sin llevar en la frente serpiente de prostitución
Regresa Cristóbal
Que nos quedamos mudos
Que nos apagan la voz con lumbre

Brenda Oronoz


EN LAS MISMAS

qué mismas circunstancias tengo
para melancolar tu vuelo entonces
fue cuando me enamoré
de todos los nombres que tu nombre adopta
si yo pudiera saber de pájaros.
si fuera quién para el propósito
te vestiría de santo de cabeza de madre
y te estaría a todas horas

lo malo es que para escampar en ti
se necesitan flores del desierto
que no nacen ni crecen ni me cuentan
de un jardín que es remolino
para andar vueltas y vueltas cayendo
de trancazo en tu semilla
lo malo es que olvidé cómo sembrar
en tierras áridas baldías

qué misma tu cara se balancea de norte a infierno cansada
cansada de tanto ser. vista por el monitor de mis desórdenes
qué idéntica tu boca muy delgada se presenta nuevamente
matutina para dar los buenos días antes de que amanezca

y uno que esperó uno que escuchar canciones de los gallos
uno va presumiendo agua en el ojo por las calles aledañas
a las circunstancias donde acontece /
compahermano de batalla y fiesta
que me fui desprendiendo poco a poco de su nombre

Daniel Wence


ODA A WALT WHITMAN

Por el East River y el Bronx
los muchachos cantaban enseñando sus cinturas,
con la rueda, el aceite, el cuero y el martillo.
Noventa mil mineros sacaban la plata de las rocas
y los niños dibujaban escaleras y perspectivas.

Pero ninguno se dormía,
ninguno quería ser el río,
ninguno amaba las hojas grandes,
ninguno la lengua azul de la playa.

Por el East River y el Queensborough
los muchachos luchaban con la industria,
y los judíos vendían al fauno del río
la rosa de la circuncisión
y el cielo desembocaba por los puentes y los tejados
manadas de bisontes empujadas por el viento.

Pero ninguno se detenía,
ninguno quería ser nube,
ninguno buscaba los helechos
ni la rueda amarilla del tamboril.

Cuando la luna salga
las poleas rodarán para tumbar el cielo;
un límite de agujas cercará la memoria
y los ataúdes se llevarán a los que no trabajan.

Nueva York de cieno,
Nueva York de alambres y de muerte.
¿Qué ángel llevas oculto en la mejilla?
¿Qué voz perfecta dirá las verdades del trigo?
¿Quién el sueño terrible de sus anémonas manchadas?

Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,
enemigo del sátiro, enemigo de la vid
y amante de los cuerpos bajo la burda tela.
Ni un solo momento, hermosura viril
que en montes de carbón, anuncios y ferrocarriles,
soñabas ser un río y dormir como un río
con aquel camarada que pondría en tu pecho
un pequeño dolor de ignorante leopardo.

Ni un sólo momento, Adán de sangre, macho,
hombre solo en el mar, viejo hermoso Walt Whitman,
porque por las azoteas, agrupados en los bares,
saliendo en racimos de las alcantarillas,
temblando entre las piernas de los chauffeurso
girando en las plataformas del ajenjo,
los maricas, Walt Whitman, te soñaban.

¡También ese! ¡También! Y se despeñan
sobre tu barba luminosa y casta,
rubios del norte, negros de la arena,
muchedumbres de gritos y ademanes,
como gatos y como las serpientes,
los maricas, Walt Whitman, los maricas
turbios de lágrimas, carne para fusta,
bota o mordisco de los domadores.

¡También ése! ¡También! Dedos teñidos
apuntan a la orilla de tu sueño
cuando el amigo come tu manzana
con un leve sabor de gasolina
y el sol canta por los ombligos
de los muchachos que juegan bajo los puentes.

Pero tú no buscabas los ojos arañados,
ni el pantano oscurísimo donde sumergen a los niños,
ni la saliva helada,
ni las curvas heridas como panza de sapo
que llevan los maricas en coches y terrazas
mientras la luna los azota por las esquinas del terror.

Tú buscabas un desnudo que fuera como un río,
toro y sueño que junte la rueda con el alga,
padre de tu agonía, camelia de tu muerte,
y gimiera en las llamas de tu ecuador oculto.

Porque es justo que el hombre no busque su deleite
en la selva de sangre de la mañana próxima.
El cielo tiene playas donde evitar la vida
y hay cuerpos que no deben repetirse en la aurora.

Agonía, agonía, sueño, fermento y sueño.
Éste es el mundo, amigo, agonía, agonía.
Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades,
la guerra pasa llorando con un millón de ratas grises,
los ricos dan a sus queridas
pequeños moribundos iluminados,
y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada.

Puede el hombre, si quiere, conducir su deseo
por vena de coral o celeste desnudo.
Mañana los amores serán rocas y el Tiempo
una brisa que viene dormida por las ramas.

Por eso no levanto mi voz, viejo Walt Whitman,
contra el niño que escribe
nombre de niña en su almohada,
ni contra el muchacho que se viste de novia
en la oscuridad del ropero,
ni contra los solitarios de los casinos
que beben con asco el agua de la prostitución,
ni contra los hombres de mirada verde
que aman al hombre y queman sus labios en silencio.
Pero sí contra vosotros, maricas de las ciudades,
de carne tumefacta y pensamiento inmundo,
madres de lodo, arpías, enemigos sin sueño
del Amor que reparte coronas de alegría.

Contra vosotros siempre, que dais a los muchachos
gotas de sucia muerte con amargo veneno.
Contra vosotros siempre,
Faeries de Norteamérica,
Pájaros de la Habana,
Jotos de Méjico,
Sarasas de Cádiz,
Apios de Sevilla,
Cancos de Madrid,
Floras de Alicante,
Adelaidas de Portugal.

¡Maricas de todo el mundo, asesinos de palomas!
Esclavos de la mujer, perras de sus tocadores,
abiertos en las plazas con fiebre de abanico
o emboscadas en yertos paisajes de cicuta.

¡No haya cuartel! La muerte
mana de vuestros ojos
y agrupa flores grises en la orilla del cieno.
¡No haya cuartel! ¡Alerta!
Que los confundidos, los puros,
los clásicos, los señalados, los suplicantes
os cierren las puertas de la bacanal.

Y tú, bello Walt Whitman, duerme a orillas del Hudson
con la barba hacia el polo y las manos abiertas.
Arcilla blanda o nieve, tu lengua está llamando
camaradas que velen tu gacela sin cuerpo.
Duerme, no queda nada.
Una danza de muros agita las praderas
y América se anega de máquinas y llanto.
Quiero que el aire fuerte de la noche más honda
quite flores y letras del arco donde duermes
y un niño negro anuncie a los blancos del oro
la llegada del reino de la espiga.

FEDERICO GARCÍA LORCA